Terapias
Todo empieza con un pensamiento
La ciencia ha demostrado que cuerpo y mente son indivisibles. La psicosomática nos habla de procesos de origen psíquico que tienen influencia en lo somático, es decir, en lo físico.
El enfoque psicoterapéutico es, por tanto, imprescindible en consulta para desentrañar las causas de los problemas o síntomas que nos refiere el paciente, no solo psicológico-emocionales, sino también físicos.
En una situación aguda de estrés o de miedo, liberamos hormonas que colocan a nuestro sistema nervioso autónomo en estado de alerta. Nuestro corazón y respiración se aceleran y nuestros músculos se preparan para la huida.
Si camino por la selva y me encuentro un león, este sistema me permitirá salir huyendo y salvar la vida.
Se trata de un proceso muy complejo. Mientras nuestra mente consciente y racional se centra en la imagen del león, nuestro cerebro automático grabará, a través de nuestros cinco sentidos, una inmensa cantidad de información de la escena en la que estamos inmersos.
Registraremos el olor de la hierba, el color del árbol, el sonido de los pájaros y las zarzas que acaban de arañar, en la huida, nuestro brazo derecho… Incluso el sabor que teníamos en la boca.
Una experiencia semejante queda grabada no solo en nuestra mente consciente, sino también en la inconsciente. Si la experiencia llegara a repetirse, nuestro cerebro configurará una serie de circuitos neuronales vinculados a esta experiencia concreta.
De tal forma que, si yo en la seguridad de mi casa evoco, pienso en el león, mi cuerpo no sabrá distinguir entre la experiencia real y lo que estoy imaginando.
Es decir, que el circuito neuronal creado puede verse activado no solo por el pensamiento del león, sino incluso por elementos que no están bajo el control de nuestra consciencia.
Si vuelvo a oler el mismo olor, si veo un verdor similar al de aquella selva…, mi cerebro autónomo me pondrá en alerta, el sistema se disparará de forma automática y nos sentiremos angustiados sin saber por qué.
Así es como suceden, por ejemplo, los ataques de pánico.
Desde el conocimiento que tenemos de la mente humana y bajo el prisma del desarrollo y formación de estos circuitos neuronales, la homeopatía y la acupuntura suponen una gran herramienta diagnóstica y terapéutica para el abordaje de problemas psicosomáticos.
En casos muy concretos animamos a nuestros pacientes a emprender un proceso psicoterapéutico, al mismo tiempo que reciben tratamiento homeopático y /o de acupuntura. De la misma forma, pacientes que están acudiendo al psicólogo pueden acelerar su proceso de recuperación si lo combinan con un tratamiento de homeopatía y/o acupuntura, dado que potencia la recuperación y no interfiere en el proceso terapéutico.
Hipnosis Eriksoniana
Si lo consideramos útil, y siempre con el beneplácito del paciente, podemos utilizar la hipnosis Eriksoniana para acceder a todos estos circuitos neuronales que se van constituyendo desde nuestra vida intrauterina y nuestros 6-7 primeros años de vida. En este cerebro automático se guarda información muy relevante para comprender y solucionar un gran número de problemas de salud.
La hipnosis Eriksoniana es una técnica médica totalmente segura y eficaz, que nada tiene que ver con la idea que de la hipnosis tenemos por las películas. Durante las sesiones, la persona está totalmente consciente y, por supuesto, no es posible manipular ni sus pensamientos ni inducir cambios en su actividad posterior.
La técnica consiste en inducir en el paciente un agradable estado de relajación, alejándole de la rutina y las preocupaciones diarias hasta alcanzar un grado de focalización, de atención consciente, que le permite acceder a habilidades que normalmente realiza nuestro inconsciente.
En este estado, la persona es capaz de controlar la sensación de dolor, mitigar la ansiedad y estados depresivos, superar fobias e incluso mejorar su sistema inmunológico. El médico acompaña al paciente y, a través de una conversación sosegada, trata de obtener información de utilidad para el diagnóstico de su problema de salud.